El rincón del director


Una Semana Santa muy especial
Una Semana Santa muy especial, y podríamos decir que muy realista, pues todos estamos experimentando -en mayor o menor medida- la cercanía de la muerte, el dolor, la soledad, el abandono... Sí, Jesús sigue viviendo hoy su Pasión en esta sociedad golpeada dramáticamente por la actual pandemia, cuyas heridas visibles deben hacernos pensar también en las heridas invisibles y más insidiosas del pecado, que junto a todos los pecados del mundo, llevaron a Cristo a la Cruz.
Pero
también vemos en estas situaciones tan duras gestos de amor de muchas
personas buenas que, incluso arriesgando sus vidas, nos recuerdan a
Aquel que dijo: Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.
Con
el fin de ayudar a esa mirada contemplativa y, a la vez, alentar el
amor mutuo, desde Radio María estamos haciendo un gran esfuerzo para
conjugar la observancia de las medidas del estado de alarma y de
prudencia sanitaria, con el mantenimiento e incluso refuerzo de la programación,
más necesaria que nunca en estos días para alimentar la oración,
consolar al triste, alentar la esperanza, acompañar al que vive en
soledad... Por ello, estamos ofreciendo las meditaciones de los Ejercicios Espirituales intensivos que, junto a otros programas y reflexiones, y, por supuesto, las celebraciones litúrgicas del Triduo Pascual, pueden ayudarnos mucho a que esta sea una Semana Santa fructífera para nuestra vida cristiana.
¡Tengamos confianza en el Señor! ¡Comprobaremos una vez más que el Amor es más fuerte que la muerte, y la Esperanza, más honda que el desaliento!
Recordemos lo que el autor de la Carta a los Hebreos escribía a esos
primeros cristianos que sufrían pobreza y persecución por su fe:
...
teniendo una nube tan ingente de testigos, corramos, con constancia, en
la carrera que nos toca, renunciando a todo lo que nos estorba y al
pecado que nos asedia, fijos los ojos en el que inició y completa
nuestra fe, Jesús, quien, en lugar del gozo inmediato, soportó la cruz,
despreciando la ignominia, y ahora está sentado a la derecha del trono
de Dios. Recordad al que soportó tal oposición de los pecadores, y no os
canséis ni perdáis el ánimo? (Hb 12,1-3).
No,
fijos los ojos en Jesús crucificado, y de la mano de María, no
perderemos el ánimo, recordando siempre las palabras de la Virgen a San
Juan Diego en Guadalupe:
"Oye y ten entendido, hijo mío el más pequeño, que es nada lo que te asusta y aflige. No se turbe tu corazón, no temas esa ni ninguna otra enfermedad o angustia. ¿Acaso no estoy aquí yo, que soy tu madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿No soy tu salud? ¿No estás por ventura en mi regazo?"
Unidos todos en ese regazo materno, contad con mi bendición.
¡Santa Semana Santa y feliz Pascua de Resurrección!
